La práctica del QiGong requiere perseverancia, paciencia y además, estudiar sus teorías para entender su proceso gradual para conocer cómo la energía qi actúa en el organismo.
Para conseguir todo esto, el primer requisito que se debe tener es paciencia, aunque esta no sea una de las cualidades más comunes hoy en día.
Actualmente, el estilo de vida que llevamos influenciado por los medios tecnológicos que hay a nuestro alcance, nos dirigen mentalmente para conseguir resultados rápidos e inmediatos, aunque estos a veces no sean los procesos naturales, es por ello por lo que cultivar la paciencia puede ser un antídoto a este tipo de vida frenética en la que nuestra mente está siempre enfocada hacia delante.
Para cultivar la paciencia en el QiGong hay que tener confianza en su práctica y en su método. Su proceso de desarrollo es lento y gradual.
Algunas veces hay alumnos que me preguntan que ejercicio es bueno para esta o aquella enfermedad o problema, y yo les contesto que el QiGong no debe ser visto como una píldora para tomar o un elixir rápido e inmediato, aunque haya ejercicios que si sean recomendados para problemas concretos.
La naturaleza del QiGong no se revela rápidamente, sino que se descubre a medida que evolucionamos en su práctica constante.
Su evolución varia de una estudiante a otro. Pues cada persona es única y también su estado de energía qi.
Durante el aprendizaje del QiGong, cada estudiante puede tener una experiencia especial, de percepción, reacción o una manifestación de la energía en su cuerpo que conduzca a la resolución de un problema físico. Estas experiencias suelen ser un atisbo del poder que tiene el QiGong. Sin embargo, no significan que se haya alcanzado algún objetivo final, son simplemente manifestaciones de la energía qi en el camino del aprendizaje.
Mediante la práctica regular a largo plazo es cuando el estudiante puede aprender a conocer sus desequilibrios y saber cómo aprovechar la energía que moviliza y genera para recuperar su equilibrio interno.
Esto no quiere decir que no haya beneficios a corto plazo, todo lo contrario, a través de la práctica del QiGong se conseguirá una mejor relajación física y mental, mejorara su calidad del sueño, aumentara su concentración y reducirá sus niveles de estrés, además de mejorar otras funciones fisiológicas como una mejor circulación, fortaleza la musculatura, la pérdida de peso, el aumento de su capacidad pulmonar, la mejora de sus digestiones, etc., la lista es larga.
Algunos estudiantes incluso pueden lograr resultados profundos de forma rápida, como la curación de un problema importante, sin embargo y a pesar de todo, la evolución en el QiGong se desarrolla a diferentes ritmos según cada individuo.
Para los principiantes, las sensaciones (energía) se suelen sentir dentro de la piel o fuera del cuerpo. Luego, mientras la práctica continúa, las sensaciones avanzan desde la piel hacia el interior, a los músculos, los canales, los huesos, la sangre y los huesos.
Cuando se entiende esto, uno comienza a escuchar su cuerpo con más atención y se da cuenta de la profundidad que tiene el QiGong.
El QiGong es una forma de meditación dinámica y estática e implica una variedad de ejercicios, sin embargo, todos los ejercicios de QiGong están diseñados para trabajar de distintas formas la energía qi del cuerpo. Algunos ejercicios son diseñados específicamente para recolectar energía, otros para movilizarla, otros para tonificar la energía, etc.
Es importante recordar que al hacer estos ejercicios uno profundiza y expande su realidad mientras avanza en la práctica. También hay que entender que el QiGong tiene diferentes niveles de comprensión que no se descubren por alguna explicación del maestro, sino que se entienden a través de la autobservación y de la práctica continuada.
El maestro es una guía fundamental para el estudiante; sin embargo, el viaje hacia el conocimiento y la comprensión del QiGong es personal. Su principal responsabilidad es la de ayudar a cada estudiante a comprender su teoría y los ejercicios adecuadamente, asegurarse de que se realicen de manera energéticamente correcta para evitar resultados contraproducentes, además de proporcionar respuestas al nivel apropiado para cada estudiante.
Una vez oí a un maestro comparar el estudio de QiGong con un banquete. Decía que algunos se acercan a la mesa y/o simplemente miran y huelen, otros prueban un poco de esto o aquello, otros comen toda la comida rápidamente y algunos se relajan, degustan la comida y la digieren por completo. El QiGong es similar a esto, hay personas que solo miran y huelen los beneficios y lo conocen a un nivel, pero, sin embargo, quienes profundizan más, descubren la esencia y el corazón del QiGong.
Por Sifu Sebastián