Como he comentado anteriormente, antes de realizar cualquier ejercicio de Qigong o Taijiquan, es importante calmar la mente y para ello se puede utilizar cualquier método, ya sea una visualización, la recitación de un verso taoísta o budista o, simplemente, colocando las manos en Dan Tien inferior. Pero todo esto, es solo una previa preparación para realizar los ejercicios internos adecuadamente.
Los tres Dan Tiens
El cuerpo humano posee tres energías llamadas los “tres tesoros” (Jing “esencia”, Qi “energía”, Shen “espíritu”) ubicadas en las tres zonas energéticas denominadas los “tres Dan Tiens” donde estas tres fuerzas tienen una mayor presencia.
El Dan- Tien superior está localizado en el centro del cerebro y es donde reside la energía del espíritu Shen. El Dan-Tien medio se encuentra cerca del corazón, donde la energía Qi es la más activa. Y finalmente el Dan-Tien inferior, localizado a dos dedos por debajo del ombligo, en el interior del cuerpo y es donde se reúne la vitalidad Jing y la energía Qi, siendo la energía más presente el Jing.
Algunos maestros dicen que cuando estas “Tres Fuerzas” o energías están en armonía, es cuando aparecen o se crean capacidades sobrenaturales.
El equilibrio o armonía entre estas tres energías se alcanza a través de la mente y sobre todo cuando esta, está en un estado de verdadera quietud, lo que hará que la respiración se vuelva más profunda para que la vitalidad o energía Qi se vaya restaurando.
En el libro Huang Di Nei Jing o "Clásico de Medicina Interna China" encontramos la siguiente referencia al respecto:
"Cuando la mente esta quieta y vacía, el verdadero Qi estará bajo tu control. Si uno mantiene una mente centrada el peligro de enfermedad desaparecerá."
La intención mental “Yi”
Una vez alcanzada la calma mental, los ejercicios de QiGong o de Taijiquan deben guardar una actitud mental de “intención” apropiada, lo que en la cultura China es conocido por el término “Yi” ¿pero que entendemos por “intención” Yi?
Como decía Bodhidharma, somos cuerpo y mente, y establecemos modos de interacción con el mundo a partir de la acción y la experiencia sensitiva que tenemos. Dicho de otra manera, el modo de entender lo que pueda estar pasando a nuestro alrededor no viene de una conciencia o síntesis intelectual, sino que parte del ajuste corporal a la situación que estamos viviendo.
Esta observación y vivencia de este concepto nos acerca a ese término muy utilizado en artes marciales chinas y en sus técnicas de salud, que es el de “presencia”.
Cuando se ha conseguido tener una mente calmada y centrada en el momento y en la acción a realizar, se debe transcenderla y focalizarla en una actitud de “presencia” plena del movimiento y en todas sus interacciones implícitas, como la respiración, el sentimiento o la actitud, que juntas formarían esa “intención” mental. Es como si el cuerpo y la mente se abrazasen mutuamente.
Y cuando se consigue unificar la concentración, la intención y la observación del cuerpo, se hace latente una solidez que abarca la actitud y la ejecución del movimiento. Esta actitud de presencia se manifestará en una autoconfianza y tranquilidad mental que puede tener el poder de cambiar nuestras vidas e, incluso, también todo lo que nos rodea.
Autor: Sebastian Gonzáles