Mi primer maestro fue Lau Ban, que procedía de la villa de Fat San, famosa por ser la cuna del Choy-Li-Fut y de la que procedía muy buenos luchadores.
Dentro de las diferentes escuelas de Choy-Li-Fut, la línea de Fat San está representada por el Mtro. Lau Ban, caracterizándose por las posturas estrechas con movimientos largos, de forma que ayuda al principiante a estirar bien los hombros y la cintura, y paralelamente le da una buena base para entrenar los principios del Choy-Li-Fut.
Existen cuatro técnicas básicas que yo enseño de la siguiente manera: El Tsop es como el golpe recto del boxeo occidental, el Jong es el gancho pero más largo que en el boxeo, el Kwa es ejecutado con el reverso del puño o de la parte dorsal, golpe que no existe en el boxeo y que es fácil de aplicar con los brazos y la cara del oponente, y finalmente el SOW que es el golpe circular del boxeo. Con estos cuatro golpes básicos y un buen grupo de patadas se obtienen los principios básicos del combate del Choy-Li-Fut.
Mi otro maestro es Hu Yuen-Chou (Woo Van Cheuck), comenzó a practicar a los 9 años de edad y también procede de la villa Fat San, aunque posteriormente se trasladó a la ciudad de Gong Yo (Cantón) donde aprendió con el maestro Chan Yiu-Chiu. Chan Yiu-Chiu era miembro de la familia de los fundadores del Choy-Li-Fut en Kin Mui, y de este maestro aprendí la importancia de la relajación y a usar la fuerza interna en vez de golpear como lo hacen el resto de estilos externos, también me enseñó a defenderme y a atacar de una manera más directa; en resumen, a aplicar la fuerza interna de una manera explosiva, algo así como lo hace la escuela Chen de Tai-Chi.
También estudié con el maestro Wong Gong, que me fue recomendado por mi segundo maestro (Hu Yuen-Chou). Wong Gong estudió con Chan Koon-Pak, hijo mayor de Chan Heung, fundador del estilo, por lo tanto le corresponde la 2ª generación en el Choy-Li-Fut. Con el Mtro. Wong Gong me dediqué a un entreno más avanzado, como las formas de animales así como a usar técnicas de distancia corta, como Nu Li Sao (Nu quiere decir “dentro o interior”, Li “ancla” y Sao “mano”), que son técnicas de agarre. Estas técnicas son muy distintas de las que proceden de la línea de Fat San, son técnicas en las que se emplea preferentemente la parte interior de la mano y que enseñan a luchar cerca del oponente; en esta misma línea de trabajo también profundicé en las técnicas de Chin-Na o Kum-Na.
Lógicamente, mis tres maestros tenían sus propios puntos fuertes, pero a mí me gusta distinguir las tres líneas con sus propios orígenes en vez de intentar estandarizar los tres entrenos; para mí es importante conservar sus conocimientos y luego traspasarlos a mis alumnos. Antiguamente no había ni vídeos ni fotografías, así que yo las aprendí en su forma original; pero ahora tengo la oportunidad de graban en vídeo estas técnicas para que se transmitan de una generación a otra, y quizá, después de 100 o incluso 1000 años, muchos alumnos puedan aprenderla.
¿Cuál es su impresión sobre las escuelas que ha visitado y cómo ve el futuro en España sobre Tai-Chi-Chuan y Choy-Li-Fut?
- La primera vez que visité España fue hace 13 años, y por aquel entonces no sólo el Choy-Li-Fut sino otras artes marciales chinas eran recientes. En los dos últimos años que he estado aquí he observado que alumnos y maestros ya no son principiantes, y que el nivel de los alumnos y el nivel de la enseñanza en los profesores ha mejorado. Para las Artes Marciales Tradicionales Chinas es una buena señal, se podría decir que los alumnos avanzados y lo que ayudan a los instructores pueden enseñar correctamente.
Creo que aquí en España hay una buena base para que se convierta en el centro de divulgación del Choy-Li-Fut y Tai-Chi-Chuan hacia el resto de Europa. Para que esto ocurra tenemos que hacer un esfuerzo con los alumnos más avanzados para que alcancen el nivel de instructores, dándoles la formación adecuada. Esto quiere decir que se han de seguir rigurosamente los programas de formación de niveles y de instructores, lo que sin duda supone un esfuerzo extra para el practicante, pero que a largo plazo será muy positivo pues les empujará a practicar más y en profundidad.
De vez en cuando se ven buenos artistas marciales que tienen la capacidad de ejecutar las formas bien, pero si no pasan por un programa oficial para ser instructores pueden acabar por enseñar de manera lenta o dividiendo las técnicas. La enseñanza también es un arte, y enseñar y aprender son cosas muy distintas que requieren habilidades distintas. Durante los cursillos o entrenamientos tengo ocasión de hablar con mis instructores sobre la forma correcta de enseñar las técnicas y les doy consejos sobre cómo llevarlo a cabo, de esta forma se mejora el nivel de los instructores y su comprensión sobre las técnicas.
Terreno aparte es la enseñanza del Tai-Chi-Chuan, la cual es especial pues se basa en la relajación, el equilibrio, la calma mental y requiere un buen nivel de comprensión del estilo; estas características convierten al Tai-Chi-Chuan en un arte más avanzado que otras artes marciales externas.
El papel de los instructores es practicar mucho, y mostrar la riqueza de las técnicas a sus alumnos para que éstos se motiven y “suban de nivel”. Sólo si el instructor entrena y progresa podrá servir de ejemplo a sus alumnos, de esta forma hay más probabilidades de que los alumnos continúen con él y no suceda lo que es típico en las Artes marciales: hoy tienes 50 alumnos y mañana 5. Si el profesor está siempre progresando y sirviendo de ejemplo a sus alumnos, éstos a su vez se verán motivados para seguir sus pasos. Los alumnos saben que un día aprenderán esa forma, aunque les cueste varios meses, pero al final lo lograrán; por ejemplo, la forma de Cinco Animales se enseña cuando el alumno ha alcanzado un cierto nivel, de esta manera él sabe que a la larga va a aprender, y esto le ilusiona. Lo mismo sucede con el Tai-Chi-Chuan, en el que se trabajan armas como la espada recta, el sable y los Tui-Shous; al practicar y mostrar estas técnicas, transmites ilusión a los alumnos pero si sólo haces la formas cortas y las repites van a pensar que esto es lo único que sabes y tienes muchas posibilidades de que busquen a otro maestro o Arte marcial.
Es importante que el alumno entienda que al principio va a aprender los puntos básicos, pero que a la largara entrenará formas más avanzadas; esto ayudará a aumentar el número de socios, lo cual no significa “comercializar” el Arte Marcial, sino que te permitirá invertir en mejoras para el club y para los propios estudiantes.
No es fácil encontrar un buen alumno que con el tiempo se convierta en un buen instructor y que pueda heredar los conocimientos del Arte, esto depende de muchos factores, entre ellos las preferencias del alumno hacia el Arte como salud, defensa, o para ganarse la vida, etc. No hay nada malo en ganarse la vida con la enseñanza de las Artes Marciales, pero debes poner el corazón en lo que haces y ser un buen profesional, dando buen ejemplo a los alumnos, pues a la larga el alumno imitará nuestras acciones. La única manera de promocionar bien el Arte es dar buen ejemplo, mantener la tradición y entrenar duro para subir de nivel.
Por Salvador Reyna
Asociación Catalana Tan
El Budoka; nº 250